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Diabetes y riesgo cardiovascular

La diabetes juega un papel importante en las enfermedades del corazón, ante todo, ¿qué es la enfermedad cardiovascular? Son trastornos tanto del corazón como de los vasos sanguíneos que derivan en infarto (falta de riego sanguíneo en el corazón), ictus (falta de circulación cerebral), insuficiencia cardiaca (incapacidad del corazón de bombear suficiente sangre al resto del cuerpo), muerte súbita (aparición repentina de e inesperada de una parada cardiaca) o fibrilación auricular (ritmo cardiaco rápido e irregular), entre muchas otras.

La enfermedad cardiovascular es, además, la primera causa de muerte en el mundo. Es importante destacar que hasta el 80% de enfermedades del corazón son evitables siguiendo unos hábitos de vida saludables y controlando los principales factores de riesgo, como la diabetes.

La diabetes implica unos niveles de glucosa en la sangre elevados, que además de dañar diversos órganos también tiene sus efectos negativos en los vasos sanguíneos, favoreciendo la aparición de arterioesclerosis (endurecimiento de las arterias) lo que provoca que el paso de la sangre cada vez sea más dificultoso y puedan aparecer coágulos de sangre que las obstruyan.

Así, las sociedades internacionales de la diabetes (American Diabetes Association y European Association for the Study of Diabetes) consideran la diabetes como un factor de riesgo alto de padecer alguna complicación cardiovascular.

Ante esta situación, ¿qué podemos hacer las personas con diabetes para disminuir este riesgo?. Tal y como nos recomienda el Grupo de Trabajo Diabetes y Enfermedad Cardiovascular de la Sociedad Española de Diabetes:

  • Consumir fibra en la dieta (14g de fibra por cada 1.000 kcal ingeridas), y que la mitad de esta fibra sea ingerida en forma de granos integrales.
  • Limitar el consumo de bebidas azucaradas.
  • Disminuir el consumo de grasas saturadas. Se recomienda que estas representen menos del 7% del total de calorías ingeridas.
  • No consumir grasas trans.
  • Seguir un estilo de dieta mediterránea (alto consumo de frutas y verduras, de cereales y legumbres, de frutos secos y aceite de oliva y baja ingesta de carnes rojas, productos lácteos desnatados, carnes procesadas y dulces).
  • Moderar el consumo de alcohol.
  • Planificar las comidas conociendo de antemano los hidratos de carbono y el índice glucémico de los alimentos.
  • Mantener una buena hidratación a lo largo del día.
  • Realizar ejercicio físico de forma regular ya que la práctica física aumenta la captación de glucosa y disminuye el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Se recomienda practicar 150 minutos a la semana repartidos en al menos tres días y preferiblemente sin realizar ejercicio dos días seguidos. Además también es beneficioso realizar exámenes de la glucosa antes y después del ejercicio para controlar posibles hipoglucemias.
  • Evitar el consumo de tabaco ya que la combinación de diabetes y tabaquismo ha demostrado un aumento considerable de padecer ictus e infarto.

Fuentes: Diabetes Ascensia / Fundación Española del Corazón (FEC), Documento de Consenso “Diabetes mellitus y riesgo cardiovascular: recomendaciones del Grupo de Trabajo Diabetes y Enfermedad Cardiovascular de la Sociedad Española de Diabetes (SED, 2015), Instituto Nacional de Estadística

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