La frase «se me ha roto el corazón» no es tan poética como parece. Una ruptura, la muerte de la pareja o un disgusto grave pueden ponernos al borde de un ataque cardiaco. Por suerte, de carácter leve.
Está comprobado: recibir una mala noticia, como la inesperada muerte de un familiar, o sufrir un severo disgusto, como tener una fuerte discusión con una vecina, puede debilitar de forma grave el corazón y hacernos sufrir lo que popularmente se denomina síndrome del corazón roto: un fallo cardiaco que tiene los mismos síntomas que el infarto de miocardio pero sin sus graves consecuencias.
Como sucede con muchas enfermedades que se han descrito recientemente, la miocardiopatía por estrés es una patología aún poco conocida. El síndrome de disfunción apical transitoria o miocardiopatía por estrés tipo Tako-Tsubo fue descrito por primera vez en los años 90 en Japón.
“Un ‘corazón roto’ en realidad es un evento en el que el corazón deja de funcionar normalmente y es susceptible de anormalidades en el ritmo cardiaco”, dijo el doctor Mark Creager, director del Centro Cardiaco y Vascular Dartmouth-Hitchcock en New Hampshire y expresidente de American Heart Association (Asociación Americana del Corazón).
“El término es usado para explicar un fenómeno real que ocurre en pacientes que han estado expuestos a un estrés emocional repentino o circunstancias extremadamente devastadoras”.
Conocido clínicamente como una miocardiopatía inducida por estrés o el síndrome de Takotsubo, puede afectar a cualquiera, incluso a aquellos con buena salud y sin problemas cardiacos anteriores.
El síndrome del corazón roto ocurre cuando un aumento repentino en las hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol, hacen que las arterias se apresen y se limite el flujo de sangre al corazón. La experiencia y el diagnóstico se suelen confundir con un paro cardiaco, dijo Creager.
Ambas afecciones lucen igual en un electrocardiograma, dijo la cardióloga Holly Andersen, directora de educación en el instituto del corazón en el Hospital Presbiteriano de Nueva York y asesora científica de Women’s Heart Alliance, una organización por la salud cardiaca de las mujeres.
Pero mientras que los ataques cardiacos son causados por las arterias bloqueadas, en los corazones “rotos” no existen estos bloqueos.
La enfermedad puede ser tratada e incluso sanar sin un tratamiento, dijo Andersen, pero también puede causar arritmias cardiacas o una muerte repentina.
Investigadores japoneses fueron los primeros en describir el síndrome del corazón roto en 1990. Lo llamaron Takotsubo, que significa “vasija para atrapar pulpos”, por la forma en la que un corazón afectado se ve en los estudios.
“Por otro lado no necesitas tener ninguna enfermedad que te predisponga y aun así seas susceptible a una muerte repentina por el síndrome (de Takotsubo) por un estrés emocional arrollador”.
Los corazones de las mujeres son más pequeños y laten más rápido cuando están en reposo que los de los hombres. “No cabe duda que fisiológicamente— cuando juntas todo, los nervios y los vasos sanguíneos— que los corazones de las mujeres trabajan diferente y se enferman diferente”.
Las mujeres sufren otros tipos de enfermedades cardiacas en mayor proporción que los hombres, dijo Creager.
El síndrome de Takotsubo es un ejemplo. La American Heart Association colabora con el centro cardiaco de Streisand para estudiar a las mujeres, los infartos y las enfermedades cardiacas, dijo Creager. Los científicos desconocen por qué el síndrome de Takotsubo afecta principalmente a las mujeres, pero creen que tiene que ver con la forma en la que las mujeres responden al estrés y cómo los cerebros y los cuerpos de las mujeres procesan las emociones.
Cuarenta por ciento de las mujeres no sienten dolor durante un ataque cardiaco, dijo Andersen y un sondeo reciente mostró que las mujeres generalmente suelen negarse a llamar al número de emergencias 911 incluso cuando creen que podrían estar teniendo un paro cardiaco.
“La mayoría sabe que algo está mal”, dijo Andersen. “Sienten dolor en la quijada, dolor en la espalda, sudan y tienen muchísima fatiga. Sienten que algo está mal, puede ser que les falta el aire o que tienen un problema digestivo grave. Preferimos atender un reflujo de ácido o una indigestión en la sala de emergencias que dejar pasar un infarto, así que por favor vengan si sienten que algo está mal”.
AMDJalisco 2016