Hola! Mi nombre es Guadalupe Montserrat Gutiérrez Mota, tengo 27 años y soy una persona que vive con diabetes tipo 1. El día de hoy les compartiré un poco de mi historia. Recuerdo cuando a los 9 años comencé a sentirme mal.

Al principio, me sentía solo un poco cansada, y sin ganas de hacer las cosas, a mis padres se les hizo raro, pues siempre fui activa, por lo que rápido me llevaron con el médico el cual dijo que tenía una infección de garganta me dio tratamiento, aun así seguí mal cada día estaba peor volví al médico ya que tenía mucho dolor de estomago y tenia nauseas, el médico dijo que tenía una gastritis y me dio tratamiento, yo seguía mal y lo peor del asunto era que estaba perdiendo mucho peso, fue entonces que me llevaron al pediatra, el cual me solicitó algunos exámenes de laboratorio,(todos menos glucosa ) cuando tuve los resultados regresamos con él, todos estaban bien, lo único que dijo fue que tenía una infección por parásitos y me dio tratamiento, no tuve resultados favorables, al contrario, cada día estaba peor, ya no quería comer y me la pasaba dormida y mi madre decía que estaba deprimida por lo que me llevó mi mamá con mi médico familiar, el cual le dijo a mi madre que lo que pasaba es que yo estaba enamorada!!!!, y me fui sin tratamiento.

Recuerdo que mis padres no estaban conformes con lo que los médicos les habían dicho, para estos ya habían pasado 2 meses y 5 visitas a diferentes médicos , llegó el momento en el que yo me la pasaba postrada en mi cama, había bajado como 8 kilos en 1 semana, no comía, me dolía muchísimo el abdomen, tenia náuseas, tomaba mucha agua, iba muchas veces al baño, y lo curioso es que a pesar de que el baño se encuentra como a 1 metro de mi cama, yo tenía que hacer hasta 3 pausas antes de poder llegar ahí, pues me fatigaba muchísimo, tenía una respiración muy agitada y eso le llamo la atención a mi papá y le comento a mi madre si no sería diabetes lo que yo tenía, mi madre decía que no que eso solo le da a los viejitos, por lo que ellos decidieron realizar nuevamente los exámenes que uno de los médicos me había indicado, esta vez ellos pidieron que se incluyera la glucosa. La gran sorpresa fue que en los resultados la glucosa era mayor de 200mg/dl , mis padres, muy preocupados llamaron a otro médico, en esta ocasión un internista, el cual fue a mi casa a revisarme, aún recuerdo su cara de sorpresa al verme y revisar los exámenes de laboratorio, sin titubear le dijo a mi madre: “lleve a su hija inmediatamente al hospital, tiene diabetes y está muy mal”, cómo olvidar el gesto de mi madre?, en ese momento comenzó a llorar, yo no tenía idea de lo que era la diabetes, pero supuse era algo muy malo, pues mi madre estaba llorando, así que yo también comencé a llorar. En ese momento me subieron al coche y me llevaron al hospital, ahí confirmaron lo que ya nos habían dicho, tenía diabetes, aún recuerdo la cifra exacta de glucosa que tenía en ese momento, eran 440mg/dl. Estuve hospitalizada por 14 días, afortunadamente en el hospital había un buen médico, mi pediatra el que comenzó a educar a mi madre con respecto a la diabetes. Al salir del hospital, fui enviada al servicio de nutrición, para que la nutrióloga me diera un plan de alimentación, mi madre aún tiene las palabras que la licenciada en nutrición le dijo: “ay señora, que siente al saber que su hija se le morirá pronto “No le va a durar ni un año”, afortunadamente mi madre no le hizo caso, pues había sido bien asesorada por el pediatra que me trató, lamentablemente en esos tiempos la educación con respecto a la diabetes tipo 1 no tenía tanto auge como lo tiene ahora, recuerdo a la primer platica que acudí en una clínica del IMSS se trataba de disfunción sexual……durante un año mi madre me dio todo tipo de tratamientos alternativos para curarme la diabetes, hasta terminar con un “chaman” ese día le dije que porque me hacia tantas cosas, ella respondió que solo quería verme feliz, verme sin diabetes, le dije a mi madre que lo único que ocupaba para ser feliz era que aceptará mi diabetes y yo sería Feliz, ese día mi madre decidió dejar de darme tantas cosas para la diabetes e informarse de cómo tratar mi diabetes.

Y ahí comienza un gran historia, mis padres, como buenos padres, interesados en el bienestar de su hija, comenzaron a buscar información, a educarse al respecto, llegaban momentos en los que mi madre le daba alternativas para mi tratamiento al médico. Mi médico, al verla tan interesada la invitó a entrar a un diplomado de educación en diabetes que se daba en el hospital al que acudía. Mi madre lo tomó, ella pasaba horas estudiando, y yo hacía lo mismo, le ayude con su trabajo final, sorpresa para muchos fue que al terminar su diplomado, mi madre fue una de las que obtuvo las calificaciones más altas, a pesar de compartir el diplomado con médicos, enfermeras, nutriólogos, ella fue la mejor.

También nos acercamos a la Asociación Mexicana de Diabetes aquí en Jalisco, A.C. donde nos apoyaron mucho, con educación sobre todo, comencé a acudir a campamentos para niños con diabetes. Mi primer campamento fue maravilloso, hice muchos amigos, aprendí mucho, despejé dudas y me deshice de muchos temores, veía a tantos muchachos con diabetes de 18 años o más que estaban muy bien, así que, ¿pues porque yo no lo iba a estar?

Después continúe yendo a los campamentos pero ahora como monitora, lo cual fue aun más bonito, pues se había vuelto una experiencia gratificante, pues esos pequeños conocimientos con los que contaba los podía transmitir a otros niños, lo cual fue padrísimo.

Mi convivencia con médicos, muchos muy malos, pocos muy buenos y en menor cantidad algunos excelentes, me dio la inquietud de estudiar medicina, inspirada en buenos médicos como la Dra. Carmen Ramos, mi endocrinóloga el Dr. Jesús Carrillo mi pediatra y otros buenos médicos que son un buen ejemplo, y otros como con los que acudimos cuando inicié con diabetes, que son ejemplo de cómo NO se deben hacer las cosas. Ahora ya estoy titulada, soy médica, si, médica y estoy estudiando una especialidad en medicina interna. Tratando cada día en el hospital de mostrarle a la gente como se vive con diabetes, como se debe sonreír cada momento y gozar cada instante de esta vida.

Entonces, en resumidas cuentas, hasta este momento he aprendido a vivir mi vida de la mejor forma, soy una joven que se divierte, que sale con sus amigos, que tiene novio y soy Feliz como mis padres querían.

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