Mi vida se pintó de azul hace 5 años con el diagnóstico de Cristóbal, mi segundo hijo. En ese entonces había enojo ,confusión ignorancia y mucha tristeza ¿Cómo un niño de 3 años , sin comer dulces, inyectándose 4 veces al día , picándose los deditos de 8 a 10 veces diarias, comiendo por porciones? No podía ni imaginar que todo eso tuviera un lado bueno.
Hoy puedo compartirte: “estoy llena de bendiciones porque gracias a la diabetes de Cristóbal soy consciente de ellas…”
Antes de todo esto, poco sabía de grupos de alimentos, el elote era una verdura, no tenía ni idea de la existencia de las oleaginosas y mucho menos del índice glucémico de cada alimento, los cereales: los que se comen con leche a cucharadas y una buena dieta podía ser comer fruta durante todo el día. También la ignorancia casi total de lo que sucede dentro de mi cuerpo, si escuchaba hablar del páncreas, mejor ni opinaba lo más que sabía es que había personas que terminaban en el hospital debido a una pancreatitis ,pero de su función, ni hablar!! Y ¿El hígado? Rápidamente llegaba a mi cabeza que era asunto de borrachera, y así también con los riñones, arterias, nervios, hormonas, todos los podía relacionar con alguna circunstancia pero de qué es lo que hacían y cuál era su función, muy poco.
Pues hoy todo esto es diferente, la diabetes nos enseñó en casa a comer saludablemente, a saber los grupos de alimentos y para que nos sirven, conocimos los carbohidratos, y aprendimos a contarlos, hoy sabemos qué nos conviene comer y cuando hacerlo. También sabemos un poco más de lo que pasa en el interior de nuestro cuerpo y de la extraordinaria máquina que nos mueve y su trabajo. Esto es algo de lo que nos ha enseñado la diabetes, en cuestión “conocimientos”, pero existe otro lado, también maravilloso, el lado de las relaciones, de los sentimientos, del compartir la vida…Hoy hay personas y experiencias muy importantes alrededor de mí que si no hubiera llegado la diabetes a nosotros posiblemente ellas jamás hubieran llegado.
La diabetes nos hizo solidarios, nos dio conocimientos, nos llevó a andar en bici los sábados, a hacer la hora del lonchecito, nos trajo amigos y nos llenó de vida cuando pensábamos que solo traería dificultad y malos momentos, “nos hizo movernos”
Cierto, también existen malos ratos, de angustia, de desveladas, posiblemente días en el hospital o un gran susto por una hipoglucemia, o el mal humor cuando el azúcar esta alta, pero te invito a “moverte”, a que te des cuenta que son muchas más las bendiciones que los malos ratos y los difíciles.
Recibe y aprovecha las experiencias y oportunidades que la diabetes trae…,”píntate de azul y muévete”
Por: Mª José González Cosio