En algún momento cuando niños, los seres humanos podemos llegar a pensar que todo lo que vivimos es de la misma manera para todas las personas. A medida que crecemos nos damos cuenta de una realidad que dista mucho de la ideología que teníamos.
Es en ese momento cuando nos topamos con gustos y preferencias distintos, que si bien son naturales, no dejan de ser causa de inspiración, valentía y en algunas ocasiones admiración.
Por tal motivo es fundamental crear conciencia y respeto ante cualquier situación o preferencias.
En ocasiones podemos enamorarnos o sentir atracción por personas que les guste pintar, bailar, hacer deporte, altas, bajitas, robustas delgadas y también tener deseos o fantasías con personas de nuestro mismo sexo.
¿Y qué ocurre si existe una situación así?
Simplemente las personas se enamoran de personas y crean una vida juntos, el respeto, dialogo, empatía y amor son fundamentales para la vida en pareja.
La orientación o preferencia sexual se refiere a la atracción o deseo erótico hacia otra persona, ya sea mujer, hombre o ambos:
Heterosexualidad: Atracción hacia personas del sexo opuesto ya sea física, sentimental, heroica y afectiva.
Homosexualidad: Atracción hacia personas del mismo sexo, ya sea física, sentimental, heroica y afectiva.
Bisexualidad: Atracción hacia personas de amos sexos, ya sea física, sentimental, heroica y afectiva.
En un país que genera leyes que protegen la libre expresión y libertad de elección, a la par convive con una sociedad que las rechaza, ¿Cuál sería el resultado?
Esta una de las grandes cuestiones, ¿qué hacer o que actitud tomar ante esta situación?
En nueve estados de nuestro país, el matrimonio igualitario está permitido. Nuestra sociedad Mexicana aplaude y reprueba una misma situación millones de veces, Jalisco, Nuevo León y la Ciudad de México son algunos de estos estados, y que incluso se puede contraer matrimonio sin necesidad de un Juicio de Amparo. ¿Y quién determina que algo está permitido o que algo está prohibido?
Alrededor del 90% de las personas homosexuales, en algún momento de su vida eligieron ocultar su orientación por miedo a ser discriminados o humillados.
La discriminación ha sido un estigma social, que si bien, muchas personas aseguran tener un amplio criterio y una mente abierta se sienten ofendidos o agredidos al ver a dos hombres tomados de la mano o dos mujeres besándose.
Decir que somos tolerantes e incluyentes es solo por cumplir con algún régimen o normas, algunas personas son removidas de sus puestos o se les niega un trabajo por sus preferencias.
Cerca del 12% de la población considera la homosexualidad como un crimen, según se redactó la encuesta de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex para América Latina y el Caribe, 2016.
En pleno 2018 es sumamente común la burla o hacer mofa casi de cualquier cosa que ocurre, basta con compartir una imagen y en unos minutos se vuelve viral, la tecnología es un gran aliado en la distribución y difusión de lo que ocurre en nuestro entorno, la homosexualidad no debería de ser una cuestión de burla o admiración, sería tan absurdo como burlarse de alguien que prefiere el color rojo que al negro, es un gusto más de cada persona y como tal requiere ser respetado.
Identificar y hacernos conscientes hasta donde llega nuestra libertad de expresión sin invadir la del otro sería un buen inicio.
Enamórate, crea, sueña, ama, entrega, vive y por encima de todas las cosas solo se tú mismo, esta vida es tuya y solo tienes una, vívela.
LN/ED Jorge Medina Véliz