El glaucoma es una enfermedad que afecta al nervio óptico y, por lo tanto, se clasifica como una neuropatía. El nervio óptico es el que se encarga transmitir la información recopilada por el ojo hacia el cerebro para ser procesada, de tal modo que tenemos un nervio óptico independiente en cada ojo.
El glaucoma puede tener diferentes causas y puede acompañarse, o no, de presión intraocular elevada y se caracteriza por daño progresivo a las fibras del nervio óptico, ocasionando así pérdida visual que usualmente es bilateral. De forma característica, la pérdida visual en personas con glaucoma comienza desde la periferia y paulatinamente avanza hasta afectar el centro de la visión. Por ello, comúnmente se conoce como “visión en túnel”; es decir, únicamente se ve adecuadamente al centro y se pierde por completo la visión periférica. Sin tratamiento, el glaucoma conduce a ceguera irreversible.
Existen varios tipos de glaucoma, pero el tipo más común corresponde al denominado glaucoma primario de ángulo abierto. Este tipo de glaucoma aparece usualmente en personas mayores de 40 años y suele avanzar sin síntomas notorios, hasta que se ha producido una pérdida visual significativa. Entre los principales factores de riesgo está la presión intraocular elevada, la edad del paciente (a mayor edad, mayor riesgo) y el antecedente de glaucoma en familiares de primer grado. Otras causas de glaucoma son menos comunes y escapan del contexto de este artículo.
Independientemente de la causa del glaucoma, el tratamiento siempre tiene el mismo enfoque y está dirigido a disminuir la presión intraocular. Se sabe que, a menor sea la presión intraocular, menor es la progresión del daño al nervio óptico. Para lograr el objetivo de disminuir la presión intraocular existen diferentes estrategias; comúnmente se inicia la terapia con medicamentos tópicos (gotas oftálmicas) para controlar la presión y, en casos resistentes, se procede a realizar cirugía (las más comunes son el implante valvular y la trabeculotomía).
El diagnóstico definitivo y monitoreo de la enfermedad se pueden hacer únicamente mediante estudios de gabinete, siendo el estándar de oro la campimetría visual (campos visuales). Este estudio consiste en que el paciente identifique estímulos luminosos dentro de una campana de oscuridad y estos resultados se comparan contra el estudio de un paciente completamente sano. Es ideal repetir el estudio de campos visuales varias veces (una vez hecho el diagnóstico) ya que es la única forma de verificar que el tratamiento está siendo efectivo para evitar la progresión de la enfermedad.
Actualmente no se han identificado medidas para prevenir el desarrollo del glaucoma y no existe una cura para quienes lo padecen, pero el tratamiento es altamente efectivo para evitar su progresión y prevenir la ceguera. Debido a que la enfermedad no presenta síntomas en su inicio, se recomienda acudir una vez al año con el médico oftalmólogo, ya que es el mejor calificado para detectarlo.
Referencia:
Basic and Clinical Science Course. Glaucoma. American Academy of Ophthalmology. The Eye MD Association. 2014- 2015.