En tu primera visita al médico después de haber sido diagnosticado con diabetes Tipo 1 te harán un examen físico habitual, con especial énfasis en los ojos, la piel y los pies, y la entrevista estándar acerca de tu historial médico, estilo de vida y dieta. Pero también habrá algunas pruebas adicionales y un nuevo vocabulario para que aprendas.
Primero, sin duda te harán pruebas de sangre y orina para buscar cosas importantes como colesterol, grasa, proteínas en la orina (un indicador de daño renal), glucosa en la sangre, y algo que se llama “nivel de hemoglobina glucosilada”; mejor conocido como tu “A1c”.
El A1c es una especie de punto de referencia que normalmente se comprueba trimestralmente para marcar los niveles promediados de tu nivel de glucosa en la sangre durante los meses anteriores. Es posible que ya te lo hayan hecho, ya que algunos médicos lo incluirán para confirmar tu diagnóstico. Los resultados generalmente se dan en forma de porcentaje y un 7% o menos es el objetivo.
A medida que aprendas a manejar tus niveles de glucosa con insulina, dieta y ejercicio, esta prueba se convierte en una especie de informe de estado que puede ayudar a ver cómo te encuentras. La “puntuación” tiene cierto margen para el error y puede fluctuar, por lo que es importante no poner demasiado énfasis en ella. Lo más importante, si los resultados no son los esperados, no te desanimes. El A1c es una herramienta entre muchas que tú y tus médicos van a utilizar para medir la eficacia de tu tratamiento.
Después de los exámenes y las pruebas será hora de centrarse en tu educación, y la creación de un plan para tu cuidado futuro. Normalmente, lo ideal es que busques referencias de un educador de diabetes certificado (EDC), un dietista, un consejero o terapeuta, y médicos que se especialicen en los ojos y problemas en los pies. Quizá no los tenga todos a tu disposición desde el principio, pero es bueno tenerlos en mente.
Tu médico querrá trabajar contigo para desarrollar un plan de tratamiento personalizado. Al igual que tu diabetes tipo 1 es exclusiva de tu cuerpo, la manera de tratarla tendrá que ser personalizada para tu vida. Cada persona tiene diferentes niveles de condición física, horarios de trabajo, actividades culturales, y dieta, todo lo cual cambia con el tiempo, por lo que realmente no es un tratamiento de talla única. Tendrás que estar involucrado y consciente de las necesidades cambiantes para mantener una salud óptima.
Habrá muchos chequeos regulares en el futuro, pero debes salir de tu primera visita con un plan, algunos objetivos.
La siguiente información es importante:
- Cómo administrarte una inyección. Da un poco de miedo, pero después de un poco de práctica no te será difícil. Tu médico te enseñará lo básico y calmará tus temores.
- Una explicación acerca del seguimiento de tus niveles de glucosa (azúcar) en la sangre y de las cetonas (una sustancia química producida cuando el cuerpo carece de insulina) que se pueden encontrar en la sangre y en la orina. Sí, te estarás haciendo pruebas de sangre y orina a partir de ahora.
- Los nombres y las dosis de tus medicamentos.
- Un calendario para las próximas citas y exámenes.
Los próximos meses
Hay algunas pruebas que tu médico reservará para las visitas anuales, como detección de niveles de colesterol, posibles problemas renales, o exámenes de la vista, pero otra prueba de A1c, junto con un examen físico general, y una revisión de los niveles de glucosa y de dosis de insulina deben realizarse cada cuatro meses.
En cada cita futura, tú y tu médico deben estar preparados para hablar de:
- Los resultados de las pruebas recientes.
- El registro de tus niveles de glucosa en la sangre (que te has estado probando con fidelidad y has anotado), y cualquier caso de niveles muy altos o muy bajos. Es crucial no ocultar ni minimizar cualquier problema. Los niveles altos y bajos no son un reflejo de que te hayas portado “bien”. Indican cómo están interactuando tu estilo de vida y los medicamentos. Los médicos se especializan en la detección de patrones y conexiones que no puedes ver. Los ajustes que ellos hagan pueden ayudar a evitar problemas en el futuro.
- Cualquier cambio en tu medicación que pueda ser necesario basado en esos números.
- Tu presión arterial, y cualquier problema de circulación o flujo de sangre, sobre todo en los pies.
- Niveles de actividad, ejercicio, estrés y luchas en la dieta.
- Cualquier pensamiento o preocupación que puedas tener.
Una sugerencia útil es tomar notas relevantes sobre el estado de ánimo, la actividad física y otros factores de estrés (además de los niveles de glucosa en la sangre a lo largo de cada día). De esta manera no se te olvidará preguntar si te sientes apresurado(a) o estresado(a) durante la consulta.
Es cierto, las visitas regulares al médico, los análisis de sangre y anotar sin falta tus niveles de glucosa en la sangre tal vez no suene divertido…pero las visitas médicas regulares son clave en el control de la diabetes tipo 1. Es tentador saltarse las citas cuando llevas una vida ocupada, pero no lo hagas. Reunirte con tu médico puede ser reconfortante y motivador.
El hecho es que los chequeos regulares y el seguimiento diligente de tus niveles ayudan a que haya un menor número de complicaciones y te permitirá hacerle frente a este reto con confianza.
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