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Que tus emociones no te culpen

La experiencia de vivir con diabetes está llena de retos psicosociales y un aspecto determinante en la calidad de vida son las emociones. El primer torbellino de emociones se vive en el momento del diagnóstico (enojo, tristeza, miedo, sorpresa), pareciera que todas las emociones aparecen sin control. La percepción es que en un instante la vida cambió, pues la mayoría de las ocasiones es inesperado (de un instante a otro se vive en la incertidumbre), surgen preguntas sin resolver y se entra en un estado de shock emocional.

Respira, toma conciencia de lo que sientes, date cuenta de que es un proceso natural. El hecho de que en un primer instante te sientas descontrolado no significa que te mantendrás ahí, es parte del proceso.

La intensidad y duración de estas emociones están determinadas por las condiciones en las que viviste el diagnóstico y por las percepciones que tenías de la diabetes.

Cabe mencionar que se viven emociones complicadas ante el diagnóstico, tanto para la persona que vive con la nueva condición como para los familiares (esposa, madre, padre, hermano, etc). Cada uno lo vive desde angúlos diferentes.

Las emociones son naturales cada una surge para decirnos algo de nosotros mismos. El enojo brota a la luz cuando sentimos injusticia, el miedo aparece cuando nos sentimos en peligro, la tristeza surge cuando perdemos algo, y la sorpresa se asoma cuando la noticia o el suceso es inesperado.

La primera recomendación es identificar, aceptar y exteriorizar tus emociones. Comparte lo que sientes con tu red de apoyo que puede estar conformada por familiares, amigos, profesionales de la salud y miembros de la asociaciones que ayudan a personas viven con esta condición.

Siempre hay pensamientos que fortalecen cada una de las emociones aunque estos muchas veces son imperceptibles, si percibes cuáles avalan tus emociones podrás clarificar cuáles son irracionales o asertivos, cuáles se basan en verdades o están infundados en los huecos de conocimientos acerca de la diabetes. Por ello es de vital importancia empezar el camino de la educación en diabetes,  conforme te vayas adentrando comprenderás que es una condición de vida y no una sentencia de muerte. Poco a poco los miedos se irán desvaneciendo.

En cuanto más conozcas, más tendrás la sensación de control y será menos complicado realizar conductas adecuadas que te llevarán a un óptimo manejo de tu vida con diabetes.

Para que una persona que vive con diabetes tenga una buena calidad de vida es indispensable la adherencia al tratamiento médico. Dicha adherencia puede verse afectada por el estrés emocional, por lo cual es importante llevar un acompañamiento psicológico para que adquieras herramientas que te ayuden en el camino a la aceptación.

 

¡Recuerda que no es más valiente el que no siente miedo, sino aquel que con todo y miedo no se detiene!

Referencia:
Hevia Villalobos, P. (2016, Febrero). Educación en diabetess. Revista Clínica Médica Las
Condes, 27(2), 271-276.
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