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Una Carta a mi yo más jóven

Tú sabías lo que la doctora diría cuando se paro en la puerta del consultorio, revisando rápidamente los últimos exámenes de laboratorio. El artículo de la revista TIME que habías leído en clase semanas atrás te dio la pista. (Y cariño, realmente debería haber estado estudiando.) Mentalmente recordarías cada línea del texto que advertía “que podrías tener diabetes.”

Ahora la noticia se ha confirmado, pero no tienes idea de lo que realmente significa. Mamá y papá lo saben, por lo que su llanto y congoja están justificados. A partir de entonces la vida de todos ustedes nunca será la misma.

Lo lamento por todos los dulces que no podrás comer. Se tendrán que quedar en la canasta de los huevos de Pascua, y con el paso del tiempo tendrán que ser tirados a la basura, mientras estas en la Clínica Joslin. Realmente es un gran fastidio ser diagnosticada un día después de la Pascua.

Sin embargo voy a contarte un secreto: En unos años, podrás disfrutar del chocolate y los dulces pero en pequeñas cantidades. Y no se trata de todos esos productos que se venden como “libres de azúcar” los cuales son un montón de carbohidratos y que te producirán en el estomago un sonido como si fuera un triturador de basura. Te estoy hablando del verdadero dulce y el verdadero chocolate.

Va a ser muy duro por un tiempo. Tú y tus padres están en la parte más empinada de la curva de aprendizaje. Esta etapa será como una expresión que dice “como beber de una manguera de bomberos.” Tendrás tus labios alrededor de la manguera por un buen tiempo, mucho tiempo. Tú, mamá y papá asistirán a clases junto con otros padres igualmente impactados y traumatizados por el diagnostico de la diabetes, preguntándose si el universo se colapsará en cualquier momento bajo el peso de todo esa gran cantidad de conocimiento que tendrán que asimilar de inmediato.

Con el paso del tiempo probablemente sentirás que entras en el ritmo de las cosas, y parecerá como si todo hubiera vuelto casi a la normalidad, excepto por las vacunas, las pruebas, las mediciones, el porcionamiento de cada pequeño bocado de comida, etc, etc, etc..

Ahora te digo una cosa ahora: Todo esto no es nada normal, y después de 30 años a partir de ahora no lo será. Pero estoy aquí para decirte que todo mejorará.

A continuación una serie de cosas importantes que debes de saber:

Que esa señora que conocerás en la clínica Joslin, aquella con la mochilita, Se llama “microinfusora de insulina”. Te dara la libertad de: comer cuando quieras, dormir, inyectarte insulina extra cuando lo necesites y menos cuando no lo requieras. Estas microinfusoras serán mucho más pequeñas en los próximos 30 años, y llegara e momento que te preguntaras cómo has podido vivir sin ella. Tendrás que esperar hasta 1999 para tener una, pero valdrá la pena la espera.

Habrá personas que te miren con lástima, o que te cuenten historias horribles acerca de alguien que saben que vive con diabetes. Con los conocimientos que tienes rápidamente los harás cambiar de opinión; pero deberás hacerlo de manera amable. Sonreirás cuando les expliques la diferencia entre diabetes tipo 1 y la tipo 2 (o como se llamen, porque los nombres van cambiando) y que sabes de la existencia de mucha gente que está vive sanamente con esta enfermedad. Sonríe a pesar de que lo primero que quisieras hacer con esa gente sea romperles los dientes.

Vas a “diagnosticar” a varias personas en los próximos 30 años, debido a que vendrán a ti haciendo preguntas sobre sus síntomas. (Lo siento, no eres un doctor. ¿Recuerdas el miedo que tenias a las jeringas y la sangre?. Ese miedo nunca te abandona). Ellos vienen a ti porque saben que no tienes miedo de decirle al mundo que vives con diabetes. Habrá algunos momentos de tu vida, cuando seas adolescente, que quieras mantenerlo en secreto. Habrá otros momentos en que le mentiras a tus padres y a los doctores acerca de tus niveles e glucosa; pero mas tarde te arrepentirás.

La comida será un gran problema. Sabes cuánto te gusta la pizza o el pan “bagels”. Ellos no serán tus mejores amigos. Tampoco lo será el tequila. Te lo advierto ahora, y no volverás a escucharlo. En treinta años a partir de ahora, vas a tratar de mantener la glucosa en sangre en el rango aun cuando comas estas cosas, pero creo que en este momento no comprenderás a que me refiero, aunque tendrás que incrementar tu dosis de insulina. (Probablemente no tienes idea de lo que me refiero; pero eso está bien, ya comprenderás).

Las complicaciones te sucederán; pero podrás considerarte afortunada de que son “reparables”. También te podrás considerar “invencible” por un tiempo, que es quizás la principal razón por las complicaciones se presentan. Te sentirás culpable por lo que haces y no haces y te odiarás. Por favor amate a ti misma. Tienes un solo cuerpo y necesitaras amarlo tanto como sea posible (cruzo los dedos) para el resto de una larga vida.

¿Por qué? Porque algún día (y no estoy diciendo cuando, debido a que tiene que haber un cierto misterio), te encontrará con un hombre divertido, dulce y sexy que piense que también eres divertida, dulce y sexy. Y a él no le importará que tengas una enfermedad crónica. Él te acompañara cuando estés enferma y cuidara de ti cuando lo necesites. Te voy a dar una pista: No es ese tipo que tiene actualmente flechada. Segunda pista: No es un actor de cine, será alguien muy popular, y que con el tiempo tendrá sus propios problemas de salud…

La tecnología de la Diabetes va a mejorar, pero no pienses que esto sucederá lo suficientemente rápido. Las lancetas te harán daño durante mucho tiempo, las agujas no se harán más cortas durante años, y algunas tecnologías francamente fallaran y desaparecerán. Pero la vida va a mejorar, y habrá grandes cosas en el horizonte.

Cuando alguien te diga que la cura de la diabetes esta a sólo “cinco o diez años de distancia,” simplemente di que si. Lo vas a creer durante cinco años. Lo vas a creer durante 10 años. Después lo vas a dejar de creer, pero nunca debes perder la esperanza. Eso es lo que permite a millones de personas salir de sus momentos más oscuros y tristes. Recuérdalo se llama esperanza.

En estos momentos no conoces a otras personas con diabetes. Te encontrarás con algunas en Joslin, pero no establecerás relaciones cercanas con ellos. Habrá campamentos, pero tus padres querrán que no te sientas como una persona diferente, por lo que te enviarán a esos campamentos con otros niños “sanos”. Al día de hoy, no tengo ni idea de cómo abras sobrevividas, y me estoy refiriendo a los “insectos”. Tú los odias, y hasta el día de hoy todavía los haces.

Pero un día, conocerás a muchas personas con diabetes. Las conocerás por medio de la computadora., o te reunirás personalmente con ellas. Serás bienvenida en sus hogares y en sus vidas. Reirás y lloraras con ellos. Compartirás tus miedos más profundos, y no te criticaran o despreciaran, puesto que ellos tienen los mismos temores. Se convertirán en parte de tu “familia”.

Anhelo eso. Deseo los encuentres pronto.

En treinta te sentarán frente a tu computadora, mientras afuera es una tarde lluviosa, agradecida de ser lo que eres, deseando poder haber oído todo esto después de tu primera inyección de insulina en la sala de emergencias del hospital.

No estoy segura de que todo esto te habría ayudado, pero no podría haberte lastimado.

Finalmente, ¿cual seria la única cosa que realmente desearía que supieras?

¿Recuerdas esa plática que tomaste en Joslin en la que te dijeron que algún día podrías embarazarte?

Ellos estarán en lo cierto.
Todo mi amor,
Christel

Christel Marchand Aprigliano vive con diabetes tipo 1, su fenomenal niña, y su increíble marido. Su blogs y sobre todo ello en ThePerfectD.com

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