Una madre nunca espera una noticia así… Una madre siempre piensa que sus hijos estarán bien, que nunca les pasará nada, que estarán sanos y felices
Ella llevaba días sospechando que algo andaba mal con su pequeña hija de seis años. Había algo diferente en ella. No grave a simple vista, pero daba una señal inquietante. La niña tenía sed todo el día, al grado de ponerse irritable por no tener agua al momento. Podía tomarse un litro de agua de jalón. Empezó a tener mucha hambre a la media hora de haber comido bien y en las noches mojaba la cama.
Como mamá, pensó muchas cosas, tal vez que su hija estaba nerviosa por el nuevo colegio, o simplemente tenía mucha sed por estar bajo el sol de Puerto Vallarta. Llamó al pediatra para contarle la situación. Obviamente, ella por curiosa ya se había adelantado a buscar información en Internet, y la respuesta que encontró no era muy alentadora.
El pediatra le pidió hacer una prueba de sangre a la niña. El resultado no fue el deseado, la niña había arrojado 300 en glucosa en sangre. Ella un poco (demasiado) en shock y sin saber lo que significaba, pidió ir con el pediatra sin su hija, para llevarle los resultados. El doctor, que la conoce desde hace muchos años, la recibió y ella, algo temblorosa en su voz, le preguntó al doctor si podía ser posible que su hija tuviera diabetes. El pediatra muy educado le contestó que era lo mas probable, pero tenía que llevarle los resultados al endocrinólogo. Sin pensarlo dos veces, hizo una cita ese mismo día con el doctor. Ella durmió ese día sin saber todo lo que significaba ese resultado, pensando que tal vez dejando de comer azúcar un tiempo, su hija bajaría sus niveles de glucosa y se le quitaría la diabetes.
Al día siguiente, su esposo y ella llevaron a su hija con el endocrinólogo. Mientras el doctor analizaba los papeles con el resultado, ella se apresuro a preguntar: ¿Tiene diabetes mi hija? El doctor se quitó los lentes, levantó la cabeza y dijo muy calmadamente: Señora, su hija tiene diabetes mellitus tipo 1. Ella sin poder creerlo volvió a preguntar: ¿Esta usted seguro? El doctor asintió con su cabeza. Miles de preguntas bombardearon su cabeza, llegaban en paquetes de once en once, todas revueltas y sin sentido. El doctor, ya con su experiencia de tantos casos, lo primero que dijo fue: Entiendo que es demasiada información para dar ahora, así que empezaré explicando exactamente que es la diabetes mellitus tipo 1. Ella volvió a preguntar con la voz cortada: ¿Porque le dio? ¿es genético? ¿con qué se la quito? cuánto tiempo va a estar así? ¿qué alimentos no debe comer ? ¿Solo tiene que dejar de comer azúcar?, etc.
El doctor con su experiencia volvió a repetir calmadamente: Es demasiada información y esto es un proceso lento, lo único que quiero que entiendan es que la diabetes mellitus tipo 1 NO tiene nada que ver con la alimentación, ni por comer azúcar. Su hija está perfectamente nutrida y en su peso. No se conoce la causa exacta todavía. Se cree que ocurre por algún virus, factores ambientales, una equivocación del sistema inmunológico o genético. Y repito, a diferencia de la diabetes tipo II, la diabetes mellitus tipo 1 no tiene nada que ver con hábitos alimenticios.
El testimonio que escribí es de una gran amiga mía, la conozco perfecto y se ha preparado mucho leyendo, conociendo mamás igual que ella, aprendiendo todo acerca de las insulinas (lenta, rápida, ultrarrápida, media…), las lancetas, tiras reactivas, niveles de glucosa, conteo de carbohidratos, índice glucémico, cetoacidosis, hipoglucemias y hiperglucemias, etc. ¡Es todo un mundo! ¡Otra dimensión! Es todo un tema, ella al principio lloraba mucho, se negaba a que fuera cierto, así que pensó que tenía dos alternativas: 1) Pasar el día lamentando la situación y hundir a toda la familia o 2) Salir adelante y echarle muchas ganas. Obviamente eligió la opción dos.
Ella me cuenta que se tomó fuerte de las manos de Dios y no se ha soltado. Sigue caminando, sonriendo, aprendiendo, conociendo gente increíble y lo más importante: teniendo mucha fe. Su hija lleva tres meses con Diabetes Mellitus Tipo I, el proceso ha sido difícil, sin embargo su hija ha sido su maestra. Yo la conozco, es una niña con mucha chispa y ha tomado esta condición con naturalidad, como ponerse los zapatos todos los días. Entiende perfectamente qué es la diabetes, las insulinas, los carbohidratos, y no tiene ningún problema en picarse sus deditos para obtener sus niveles de glucosa y mucho menos inyectarse su insulina todos los días.
Una madre nunca deja de luchar por sus hijos, sigue adelante ante cualquier obstáculo. Ora por sus hijos, Dios escucha, Ángeles se movilizan y cosas grandes suceden. Nunca pierdas la fe…
Cristina Gutiérrez Mar / cucus.cgm@gmail.com